Un estudio de la Universidad de Bergen, en Noruega, reveló que la tarea doméstica puede provocar una reducción de la función pulmonar.
Hay personas que aman limpiar su casa y siempre dejan impecable hasta el último rincón. Sin embargo, la realización repetitiva e insistente de la tarea doméstica puede llegar a ser muy perjudicial para la salud respiratoria.
Bajo la campaña “Pulmones sanos para la vida”, de la Sociedad Europea de Enfermedades Respiratorias (ERS), se realizó en Noruega un estudio que reveló que los productos de limpieza aumentan el riesgo de padecer enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC) debido a la cantidad de químicos utilizados en su contenido.
La investigación consistió en examinar los casos de 5.000 mujeres durante un período de 20 años, basados en datos de la Encuesta de Salud Respiratoria de la Comunidad Europea (ECRHS). El análisis permitió rescatar la primera evidencia que se conoce sobre daños pulmonares a causa de la exposición constante a largo plazo a los productos para limpiar.
Los resultados indicaron que las mujeres que se dedican a la limpieza como trabajo tienen un deterioro de su capacidad pulmonar de un 17 por ciento mayor que el de una mujer promedio. Y las conclusiones fueron más allá, ya que las que simplemente cumplen regularmente con las tareas del hogar registraron una disminución del 14 por ciento.
Los productos de limpieza pueden exponer a las personas a agentes químicos –como el amoníaco– que irritan las vías respiratorias, y otras sustancias que pueden generar EPOC. Ese panorama se presenta debido a que las sustancias comunes de los limpiadores industriales ya forman parte también de la composición de los productos caseros.
“Limpiar la casa es una actividad habitual y por eso esto concierne a tanta gente. Tenemos que empezar a ser mucho más conscientes de los productos químicos que estamos liberando en el aire y que respiramos cuando usamos cosas como la limpieza de aerosol”, comentó Oistein Svanes, autor principal del estudio y titular del Departamento de Ciencia de la Universidad de Bergen.
La campaña sugiere una serie de recomendaciones para reducir el riesgo: informarse de los ingredientes nocivos que contienen, seguir cuidadosamente las instrucciones de la etiqueta, sustituir los aerosoles por trapos y evitar usar agua caliente, ya que se pueden inhalar los vapores químicos. Además, se debe ventilar la habitación antes y después de la limpieza abriendo puertas y ventanas. El resto de los resultados del estudio se presentarán el próximo fin de semana en Londres, durante un congreso internacional que tratará el tema.
La EPOC no es una enfermedad específica, sino un concepto general que designa diversas dolencias pulmonares crónicas que limitan el flujo de aire en los pulmones. En su diagnosis se incluyen también la bronquitis crónica y el enfisema. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, se convertirá en la cuarta causa de muerte en todo el mundo en 2030.
FUENTE | http://notife.com/