El corazón bombea sangre a todos los órganos del cuerpo. Si el corazón deja de funcionar, al producirse un paro cardíaco súbito o muerte súbita cardíaca, el flujo sanguíneo cesa. A continuación, los órganos comienzan a fracasar y en pocos minutos puede que la persona pierda la vida.
En caso de que el paro cardíaco pueda ser detectado y tratado de inmediato, los graves daños a los órganos, el daño cerebral o la muerte, pueden prevenirse. El paro cardíaco puede ocurrir en adultos o en niños y aparecer, repentinamente, en una persona que se consideraba previamente sana. En la mayoría de los casos, el paro cardíaco súbito surge sin sintomatología previa. Su aparición es imprevisible y puede ocurrirle a cualquiera, en cualquier momento y lugar.
Ante un evento cardíaco el tiempo es lo más preciado. Llamar a unaambulancia, tener personal que conozca sobre reanimación cardiorrespiratoria y tener un desfibrilador puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
A partir de esta premisa, tanto la instrucción de personas, como la incorporación de estos aparatos se considera necesario en colegios, universidades, fabricas, etc.
¿Qué es la desfibrilación?
Es la transmisión de corriente eléctrica al músculo del corazón ya sea directamente a través de la pared torácica, para revertir determinadas patologías cardíacas.
Según el Consejo Europeo de Resucitación, si se realiza la desfibrilación en los tres minutos posteriores al paro cardiorrespiratorio, la probabilidad de sobrevivir aumenta un 70%. Cuando se suministra la descarga un minuto después del paro cardíaco, las tasas de supervivencia pueden aumentar de un 5% hasta incluso un 80% en algunos casos.
Recientemente Philips lanzo su campaña: “de corazón a corazón” a fin de concientizar sobre esta problemática, e informar sobre la posibilidad de conocer un nuevo tipo desfibriladores automáticos externos factibles de ser incorporados en cualquier institución.
FUENTE | http://iprofesional.com/