Fuentes del sector informaron a Télam que desde enero y al cierre de la primera quincena de julio, el sector automotriz importó un total de 240.000 unidades, lo que representa un incremento del 42 por ciento frente a los 168.000 vehículos que llegaron al país en el mismo período de 2015.“Las cifras del primer semestre muestran que hay un claro desequilibrio por la gran dependencia que el sector mantuvo del mercado brasileño, aún cuando la industria pensaba que podía llegar al millón de unidades de producción local años atrás”, explicó un directivo de una firma automotriz local al analizar la balanza comercial del sector.
Las automotrices locales advierten que “con un mercado brasileño que pasó de 3,6 millones de unidades al año a menos de 2 millones, es imposible no resentir el equilibrio de los dos socios y padecer las consecuencias en una balanza comercial que para el país significa menos exportaciones y más importaciones”.
El efecto no sólo se refleja en las cifras del comercio exterior, sino sobre todo en la caída de producción de las fábricas y su impacto en la actividad laboral: tan sólo la semana pasada tres automotrices decidieron acordar con los gremios la suspensión de unos 6000 trabajadores como consecuencia de la crisis del mercado brasileño, fundamentalmente.
Es que mientras las importaciones vienen acumulando un 42 por ciento de incremento, las terminales locales embarcaron en el primer semestre un total de 88.633 unidades hacia distintos mercados, un 30,9 por ciento menos respecto del volumen que registró el sector en el mismo período de 2015.
Al efecto Brasil -que se traduce en una sobreoferta de unidades a precios difíciles de equiparar por la industria local- las terminales encontraron este semestre como incentivo a la importación la modificación de las alícuotas de impuestos internos, el fin de las restricciones cambiarias y la mayor libertad para la importación tanto de partes como de unidades.
Es que el principal socio comercial argentino casi monopoliza el intercambio comercial automotriz argentina ya que en lo que va del año recibió el 78 por ciento de las exportaciones nacionales (seguido muy de lejos por Paraguay y México con poco más del 3 por ciento cada destino) y también lideró la lista de autos importados con el 83 por ciento.
Al buscar razones más allá de la crisis brasileña, las automotrices entienden que “la industria local en todos sus segmentos enfrenta una larga falta de competitividad de la estructura productiva que se hace más evidente en momentos de dificultades”.
Como alternativa a esta encrucijada, en el sector automotriz destacan la importancia de haber acordado con Brasil un sistema de intercambio comercial a mediano plazo que otorga una mayor previsibilidad para buscar un equilibrio, a lo que se suma el apoyo a las pymes, al autopartismo, la reducción del costo estructural y a la búsqueda de una diversifiación de mercados.
A pesar de las dificultades, el sector se permite cierto optimismo luego de cerrar el primer semestre con un nivel de patentamientos con un crecimiento interanual de 5,8 por ciento, al sumar un total de 335.657 unidades, con lo que se convirtió en el primer semestre con crecimiento positivo de los últimos tres años.
En este sentido, las terminales vienen encarando desde abril una agresiva política de promociones y bonificaciones sostenida por la sobreoferta de los vehículos brasileños que explicaron la caída de precios de varios modelos, revisando las alzas sostenidas en particular desde la devaluación de mediados de diciembre.
FUENTE | http://www.telam.com.ar/