El dolor de espalda es uno de los más frecuentes y extendidos en nuestra sociedad. El 80% de las personas lo sufre alguna vez en su vida, y tres de cada cuatro personas disminuyen el número de encuentros sexuales por su culpa.
Primero, conocé tus hábitos y después, acomodá las cosas para que el ambiente parezca más grande y las comidas salgan más ricas.
Limpiar, cocinar, hacer las compras, sostener a un bebé… Todo está mediado por las manos. Por eso, hay que protegerlas de los accidentes hogareños y las lesiones provocadas por malos hábitos. Te damos consejos basados en principios ergonómicos y anatómicos.
La realización de las tareas domésticas supone un gran esfuerzo, especialmente para aquellas mujeres que tendemos a sufrir dolencias en la espalda.
Los fisioterapeutas vascos aseguran que mantener una postura correcta al volante contribuye a evitar accidentes de tráfico, por lo que recomiendan sujetar el volante con las dos manos y las palmas situadas en la parte superior, tener bien posicionado el respaldo -ni recto ni inclinado-, y sentarse correctamente.
Vivir en la era digital moderna sin duda tiene sus ventajas, pues ¿a quién no le gusta las comodidades que ofrece la tecnología? lo que lleva a cuestionar si de verdad se puede vivir sin la cantidad de información, resultados inmediatos, y la habilidad para interactuar y comunicarse con otros, todo al alcance de un smartphone.
Cuando nos acostamos no siempre nuestro cuerpo adopta la mejor posición para un descanso ideal, algo primordial para poder afrontar el nuevo día. A través de este artículo veremos cuales son las posturas a adoptar, tanto las no aconsejables como las que nos prometerán un sueño relajador y una manera de… podríamos decir “cargarnos las pilas”.
La mayoría de las personas encargadas de las tareas domésticas, se quejan con frecuencia de trastornos en el aparato locomotor, concretamente de las extremidades y de la columna vertebral.
El 80% de la población ha sufrido en alguna ocasión un episodio o más de dolor en alguna región de la espalda. Este porcentaje se eleva en las personas de edad: se estima que un 90% de las personas de más de 65 años padece esta afección.
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