La investigación, (OIM), resultado de 71 entrevistas con personas que trabajaron o fueron víctimas de trata en el rubro textil, la construcción y la minería en Argentina, Perú y Kazajistán, indaga en los riesgos laborales y los daños a salud que soportan trabajadores bajos diferentes regímenes de explotación.
Inmigrantes que trabajan en la industria textil de Argentina y en la minería de Perú sufren estrés psicológico, exposición a sustancias tóxicas como el mercurio y a bacterias y virus debido al hacinamiento y falta de higiene, señala un estudio publicado por la Organización Internacional para las Migraciones.
Las personas consultadas en Argentina, 15 trabajadores y seis víctimas de trata de nacionalidad boliviana, trabajaban en el sector textil sin contrato y “la información errónea sobre sus derechos como migrantes y empleados (lo que incluye aspectos como el acceso a los servicios de atención médica y su posibilidad de permanecer en el país) fue utilizada como una amenaza para evitar así que abandonasen sus trabajos”.
Los entrevistados sabían que los talleres textiles donde trabajaban “eran clandestinos, pero el temor a la policía y a los funcionarios de migraciones (…) los mantenían a menudo en condiciones de explotación”, señala la investigación, coordinada por la OIM y el Centro de Violencia de Género y Salud de la London School of Hygiene & Tropical Medicine.
“Los riesgos ocupacionales incluían cortes (a menudo profundos) en manos y dedos” por falta de equipo de protección personal, además de “problemas respiratorios provocados por la inhalación de polvo y tuberculosis”, añade el estudio “Explotación Laboral Trata y Salud de los Migrantes”.
La falta de sueño por jornadas de trabajo muy largas, en especial entre las víctimas de trata, y la mala alimentación provista en los talleres de costura son otros problemas destacados por los trabajadores consultados.
Minería del oro en Perú
En el caso de Perú se realizaron 21 entrevistas a personas que trabajaban en la minería aurífera de pequeña escala en la región de Madre de Dios (sudeste del país).
Las mujeres generalmente trabajaban como cocineras y los hombres despejando los campos u operando motores de extracción.
“Los principales riesgos ocupacionales a los que se encontraban expuestos se relacionaban con jornadas de trabajo extremadamente largas (con turnos de 24 horas en algunos casos), sin descansos adecuados, falta de capacitación y de equipo protector”, añade el estudio.
Además los trabajadores se exponían a sustancias químicas tóxicas, en especial el mercurio, manejaban maquinaria muy pesada, debían meterse en el agua durante largos períodos y soportar picaduras de mosquitos y mordeduras de serpientes.
Las condiciones de vida en los campamentos mineros también eran extremadamente difíciles: “había poca agua potable para cocinar y bañarse, se consumía agua y pescado contaminados con mercurio, vivían en viviendas precarias con letrinas sucias, no había electricidad y la nutrición era deficiente”, añade el informe.
En los tres países analizados, Perú, Argentina y Kazajistán, el “abuso psicológico y verbal resultó más común entre los entrevistados que el físico, aunque los sobrevivientes de trata denunciaron confinamiento y malos tratos físicos severos”.
El objetivo de este estudio, señala la OIM, es abrir espacio a un diálogo más amplio sobre políticas y programas relacionados a la migración laboral y la trata de personas.
El estudio se publica en vísperas del Día Mundial contra la Trata de Personas, que se conmemora este domingo 31.
FUENTE | http://www.energypress.com.ar/