Las trabajadoras de limpieza de CLECE S.A. que trabajan en el Complejo Hospitalario San Millán-San Pedro han conseguido mejorar sus condiciones ergonómicas gracias a la aplicación del método ERGOPAR y al trabajo en equipo de la dirección de la empresa, la representación legal de las trabajadoras, el asesoramiento técnico de CCOO y la implicación de la plantilla.
La experiencia transcurre entre 2014 y 2015. Se inicia a propuesta de las delegadas de prevención de CCOO en la empresa, las cuales detectaron malas condiciones ergonómicas, principalmente en dos puestos de trabajo del servicio de limpieza del Complejo Hospitalario San Millán-San Pedro. Gema Martínez, delegada de prevención de CCOO, explica cómo empezó todo: “Pedí los partes de accidentes de trabajo y me di cuenta de que casi un 70% de la plantilla de limpiadoras del hospital, es decir unas 130 personas, había padecido episodios de lumbalgias, tirones u otros problemas musculoesqueléticos, por lo que llevé el caso al comité de seguridad y salud de CLECE S.A., y el técnico de prevención de la empresa se implicó desde el primer momento en ver qué estaba pasando. Acudí al Gabinete de Salud Laboral del sindicato porque había leído en la revista alguna cosa sobre ERGOPAR y el técnico del Gabinete me acompañó a la empresa para explicar cómo funcionaba el método. A la empresa le pareció muy interesante porque también estaba preocupada por el elevado absentismo de la plantilla. Les convenció la metodología y empezamos a aplicarla con las limpiadoras del hospital, empezando por los puestos de “retirada de residuos en planta” y “limpieza de cocina central”, ya que nos habíamos dado cuenta de que en esas zonas era donde había más problemas”.
El método ERGOPAR, desarrollado por ISTAS–CCOO, se enmarca dentro de la corriente preventiva de ergonomía participativa. Facilita herramientas para la participación de los distintos agentes, mecanismos que se han utilizado en la experiencia en CLECE S.A. En primer lugar, tras acordar en el comité de seguridad y salud la aplicación del método y concretar el ámbito de intervención, es decir, los puestos a analizar, se constituyó el Grupo Ergo. Este grupo de trabajo, compuesto por la dirección de la empresa, delegadas de prevención, técnicos en prevención, tutor y trabajadoras del puesto de limpieza, constituye el foro que vertebra y guía todo el proceso participativo. En segundo lugar, se distribuyó entre las trabajadoras del puesto el cuestionario de identificación de factores de riesgo y daños, obteniendo información directa sobre la presencia de molestias y dolores musculoesqueléticos a consecuencia del trabajo y las exposiciones prioritarias a factores de riesgo ergonómicos. Como señala Gema Martínez, “fue un acierto convocar a las trabajadoras para que respondieran todas juntas al cuestionario, y con nuestra presencia, pues así se implicaron más en la tarea y pudimos resolver sus dudas. El resultado fue una información muy valiosa que nos permitió comprobar que había una gran exposición a riesgos ergonómicos”.
Tras analizar los resultados de los cuestionarios se crearon los círculos de prevención, formados por trabajadoras de los puestos de limpieza. Se centraron en dos aspectos: la identificación de causas de los malos resultados sobre exposición, y la propuesta de medidas preventivas eficaces para la mejora de las condiciones ergonómicas. Por último, el Grupo Ergo realizó varias visitas de observación directa a los puestos afectados, realizando entrevistas informales a las trabajadoras con la doble finalidad de ampliar la información y de valorar in situ la eficacia de algunas medidas propuestas. “Nos llevamos una gran sorpresa cuando visitamos los puestos porque no sabíamos que las trabajadoras se estaban haciendo tanto daño”, explica Gema Martínez. “Habíamos visto los cuestionarios y dijimos: vamos a ver si verdaderamente la situación es tan grave. Y lo que nos encontramos era peor de lo que imaginábamos. Los problemas en las infraestructuras del hospital estaban suponiendo un sobresfuerzo para las limpiadoras que explicaba la gran cantidad de lesiones musculoesqueléticas”.
El hospital, el cliente de CLECE S.A., se negó a participar en la experiencia, pero sí aceptó una serie de medidas sencillas, que no implicaban gran coste y que, sin embargo, suponían una gran mejora para las trabajadoras. La experiencia fructificó en el acuerdo y puesta en marcha de medidas preventivas eficaces. Concretamente, en el puesto de “limpieza de cocina central” se habilitó un recorrido más corto que reduce los desplazamientos en el transporte de los cubos de basura hasta el compactador. “Se trataba –explica Gema Martínez– simplemente de abrir una puerta que estaba cerrada y que evitaba que las trabajadoras empujaran carros muy pesados por un recorrido muy largo”. Se crearon instrucciones de trabajo dirigidas al personal del hospital (ajeno a CLECE) sobre el llenado máximo de las bolsas de basura y el vaciado previo del hielo de las bandejas de pescado. “Como el hospital no quiso cambiar los cubos, ideamos un sistema poniendo corcho en la base del cubo para que las bolsas no se llenaran tanto, pesaran menos y pudieran ser levantadas con más facilidad por las limpiadoras”, explica Gema Martínez. Además, se disminuyó la frecuencia de limpieza de esquinas y rodapiés (de diario a quincenal), se adquirieron fregonas con diseño ergonómico (menos pesadas y con palo más largo), así como pértigas para la limpieza de zonas altas, y se repararon y modificaron las ruedas de los cubos de basura para poder transportarlos sin inclinarlos. También en el puesto de “retirada de residuos en planta” se modificaron los enormes carros de transporte de residuos, incorporando asas que mejoran el agarre y habilitando la apertura horizontal de la puerta (sin levantamiento de peso); se alisó la rampa de paso en la que el empuje y arrastre del carro eran complicados; se instruyó al personal del hospital para evitar el exceso de carga en los contenedores de tóxicos; se sustituyeron cubos defectuosos, y se impidió el uso del ascensor de residuos para otros fines, facilitando la disponibilidad para el personal de limpieza.
Gema Martínez valora muy positivamente la experiencia de un año y medio de trabajo, aunque ahora, en cierto sentido, tiene que volver a empezar porque CLECE S.A. no ha renovado la contrata y ellas, y todo el equipo, han sido subrogadas por una nueva empresa: “Ya he tenido la reunión con el técnico de prevención de la nueva empresa y se ha mostrado muy interesado por el método ERGOPAR. Algunas cosas se han paralizado, como por ejemplo la llegada de los nuevos carros y el lavado de los uniformes, pero no vamos a permitir ningún retroceso porque como sindicato estamos para defender la salud de las trabajadoras”.
*Jorge Tejada es asesor en Salud Laboral de CCOO-La Rioja.
FUENTE | http://www.porexperiencia.com/