Limpiar, cocinar, hacer las compras, sostener a un bebé… Todo está mediado por las manos. Por eso, hay que protegerlas de los accidentes hogareños y las lesiones provocadas por malos hábitos. Te damos consejos basados en principios ergonómicos y anatómicos.
Cuando hay accidentes domésticos, las regiones corporales más afectadas suelen ser las extremidades, en particular las superiores (alrededor del 45% de los casos, según diversos relevamientos). Por ejemplo, el miembro superior y la mano están afectados en cerca del 40% de los casos de quemaduras.
Además, muchas personas (especialmente las mujeres) padecen afecciones de diversa gravedad por hacer las tareas del hogar. En su mayoría son actividades manuales, con demandas físicas de tipo postural y repetitivo. Limpiar el hogar, manipular ollas o baldes cargados, hacer las compras o atender a un bebé son actividades potencialmente peligrosas para la columna vertebral y las extremidades superiores si no se realizan con precaución y teniendo en cuenta principios ergonómicos.
Los síntomas a detectar
Las lesiones se manifiestan como dolor en los músculos o en las articulaciones, sensación de hormigueo en el brazo o la mano, pérdida de sensibilidad, fuerza y capacidad de prensión.
Frente a estos síntomas, es indispensable consultar a un especialista, ya que con el tratamiento adecuado es posible curar la lesión.
¿Cómo podés evitar las lesiones?
* Prestale atención al peso. Un límite seguro en el peso del objeto a manipular es de 23 kilos, siempre que se mantenga la carga pegada al cuerpo y a la altura de la cintura, que no se realicen giros mientras se sostiene la carga y que la cantidad de veces que se levanta este peso no sea muy elevada. En el caso de los baldes, ollas y fuentes, el límite de peso se reduce a unos 5 litros de líquido y se aconseja moverlos con los dos brazos.
* Evitá las posturas forzadas. El soporte sobre el que realizás la tarea (mesa, tabla de planchar, mesada, etc.) debe permitir la completa extensión de los brazos para evitar la contracción de hombros, cuello, codo y muñecas. Evitá las posturas incorrectas: para acceder a la zona de trabajo desplazá tu cuerpo en su totalidad en lugar de estirar los brazos. Si trabajás con los brazos en alto (al limpiar o guardar en alacenas, tender ropa, cortar ligustrinas, etc.) podés sufrir lesiones en el hombro, por eso se sugiere usar escaleras para acceder a zonas elevadas.
* Alterná las tareas. Planchar o cocinar demandan una posición de pie por largos períodos, lo que produce fatiga en las articulaciones de caderas y rodillas (y a largo plazo trastornos circulatorios) y en los miembros superiores. Se recomienda alternar las tareas que deban realizarse de pie con otras que puedan hacerse sentadas para permitir la relajación y recuperación de los músculos y articulaciones afectadas. Las tareas repetitivas conviene realizarlas durante 40 minutos con intervalos de esparcimiento de 10 a 15 minutos y luego retomar.
* Usá los instrumentos apropiados. Es indispensable utilizar herramientas y accesorios en buen estado de conservación y con las medidas (peso y longitud) apropiadas para la persona que lo emplea. Por ejemplo, al barrer no se debe inclinar el cuerpo hacia adelante ni contraer los miembros superiores por encima de la línea de la cintura. Es aconsejable usar carritos para el traslado de materiales y, así, evitar esfuerzos de tracción o empuje innecesarios con los brazos.
* Minimizá los movimientos repetitivos. Se recomienda alternar las tareas para emplear grupos musculares distintos y, así, permitir la recuperación de los utilizados en la tarea anterior. Esto vale también para los brazos, ya que normalmente la persona sobrecarga la extremidad dominante (derecha para los diestros e izquierda para los zurdos).
La clave: prevenir
Considerar estos consejos basados en principios ergonómicos y anatómicos te permitirá evitar lesiones que, repetidas en el tiempo y sin el tratamiento adecuado, pueden generar afecciones e incapacidades de diverso grado.
Es importante hacer actividades deportivas de sostén para tonificar y fortalecer músculos (gimnasia, natación, etc.) y otras como yoga, orientadas a mantener una buena elongación.
Las lesiones se manifiestan con dolor en músculos y articulaciones, cosquilleo y adormecimiento en los miembros superiores. Si aparecen, es indispensable consultar a un traumatólogo especialista. Te orientará sobre el tratamiento más adecuado para revertir la situación y mejorar tu calidad de vida presente y futura.
FUENTE | http://entremujeres.clarin.com/