Ante la iniciativa gubernamental para la modificación de la Ley de ART desde sectores que no comparten el modelo económico imperante esperan alguna reacción, al menos un “despertar” de las centrales obreras. Sobre todo de la CGT comandada por el triunvirato. Economistas, laboralistas y otros sectores de la cátedra alejada del neoliberalismo, señalan que “los gremios no alcanzan a apreciar y mensurar la potencia de la embestida”. No lo hacen desde la teoría, remarcan cifras: los siniestros de los últimos tres años totalizan 1.994.968, y sólo un 5,31% de esa cantidad fue judicializado.
Escépticos respecto de una rebeldía profunda, los especialistas recordaron que en septimbre de 1995 la norma sobre riesgos de trabajo se creó “a gusto y piaccere” del sector empresario, “pero no alcanzó al parecer”, ironizan. Analistas en derecho y seguridad social consideraron que los diputados y senadores de extracción sindical deberían prestar atención a las modificaciones propuestas. “Primero porque buscan dilatar el acceso a la justicia de aquellos trabajadores que tuvieron un accidente laboral y segundo, porque sus obras sociales se verían perjudicadas por asumir costos de atención que le deberían corresponder a las ART”. A la hora de pedirles un nombre de peso para rebelarse citaron a Héctor Daer “quien suele actuar en forma independiente de los acuerdos marco del Frente Renovador”, señalaron las fuentes. También acotaron su duda, en forma de pregunta respecto de la presión política para forzar la aceptación a una ley como la planteada por el Gobierno.
Con puntos y señales
El 20 de octubre, con las firmas del jefe de Gabinete Marcos Peña y el Ministro de Trabajo, Jorge Triaca, el PEN envió un proyecto de reforma de la Ley de Riesgos del Trabajo. Tras su análisis el Centro de Estudios Atenea consideró que el eje principal es la judicialización de los reclamos de los trabajadores ante las comisiones médicas jurisdiccionales que dependen del Ejecutivo. “Esto genera una baja en los costos de las compañías de seguros, el despojo de la Justicia Nacional del Trabajo (delegando a los tribunales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), y la creación de los autoseguros provinciales y municipales”, enfatizaron a este diario.
Según los especialistas todo se origina a partir de que las compañías de seguros se ven afectadas por una “alta tasa de judicialidad” que haría inviable el sistema de riesgos del trabajo, hecho que los empresarios no ocultan o disimulan, presentándolo como “uno de los principales frenos a la generación de empleos”.
“Hay una campaña para disciplinar la Justicia
del Trabajo”, dijo el laboralista Luis Roa
Sin embargo, los índices en rigor son bajos, en 2015, existieron 659.041 siniestros registrados por Superintendencia de Riesgos del Trabajo, no obstante se iniciaron 106.021 juicios: el 16.08% de casos judicializados. Para concluir sobre un índice veraz, no solo debe tomarse como referencia los siniestros ocurridos en el 2015, sino en 2014, y 2013, que son los períodos no prescriptos y en condiciones de reclamar las indemnizaciones que corresponda. En este caso, los siniestros de los tres años totalizan 1.994.968, solo un 5,31% fueron judicializados, una cifra baja dentro del universo de siniestros padecidos. Tomando el número total de trabajadores que se encontraban registrados en el sistema en 2015 (9.776.994) y por los cuales las ARTs cobraban su cuota, Atenea afirmó que recibieron una demanda por cada 92 trabajadores asegurados. De las principales compañías del mercado el año pasado todas han tenido resultados positivos y mejores que períodos anteriores. Así por ejemplo Prevención ART, tuvo un resultado de ejercicio favorable de $183.908.791 (1357% mayor que en 2014) y Galeno ART de $637.366.981 (crecimiento del 215% respecto del 2014), explicaron con sus planillas estadísticas en el centro de estudios.
Desde la agrupación de laboralistas Norberto Centeno, en memoria del creador de la Ley de Contrato de Trabajo, el abogado Luis Roa fue taxativo respecto de los gremios y dijo “no llegan a ver la embestida”.
“Los sindicatos deberían involucrarse más, se trata de una cuestión relevante del trabajo. Sobre todo porque la tendencia tiende a acentuarse. Este modelo económico incrementa la producción primaria,con poca capacidad de empleo intensivo. Quedará un sector de la industria, el agro o al sector alimenticio que ven necesario sobreexplotar. Aquí entonces tendrán una franja relevante de siniestralidad laboral”, puntualizó Roa.
Según el laboralista, “además de la flexibilización laboral de los ’90, ahora se apunta a la flexibilización judicial. Hay una campaña para disciplinar la Justicia del Trabajo uno de los pocos focos de resistencia a lo que se pretende desde el poder”.
Fuente | http://www.diariobae.com/