Embarazadas, niños y adultos con algunas enfermedades crónicas necesitan inmunizarse contra el virus y así reducir riesgos de complicaciones
Con el objetivo de reducir las complicaciones, hospitalizaciones, muertes y secuelas ocasionadas por el virus de la gripe en la población de riesgo, desde el Ministerio de Salud de la Nación insisten en que quienes no se hayan vacunado contra la gripe, aun están a tiempo de hacerlo. Y lo más recomendable es que lo hagan.
Si bien lo ideal es vacunarse antes de que la “temporada alta” de influenza se instale, aquí también aplica eso de que “más vale tarde que nunca”, por eso -especialmente quienes integran los denominados grupos de riesgo- no deberían demorar la inoculación.
Pese a que lo ideal es vacunarse antes de que inicie la temporada de circulación del virus, los integrantes de grupos de riesgo que aun no lo hayan hecho, deberían inmunizarse.
Los grupos de riesgo se encuentran conformados por aquellas personas que, por diversos motivos, tienen mayor probabilidad de enfermarse, padecer enfermedad grave y/o complicaciones.
“En el caso de la gripe, debería ser obligatorio para el personal de la salud, las embarazadas (en cualquier trimestre de la gestación) y puérperas (hasta el egreso de la maternidad -máximo 10 días- que no hubieran recibido la vacuna durante el embarazo), los niños de 6 a 24 meses de edad y adultos mayores de 65 años”, detalló la doctora Susana Devoto, coordinadora de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación. Y remarcó que para estos casos, la indicación de vacuna antigripal se encuentra incluida en el Calendario Nacional de Vacunación, y no se necesitará orden médica.
En ese sentido, la especialista destacó que “también constituyen población de riesgo las personas entre los 2 y 64 años con factores de riesgo”.
Entonces, enumeró cuáles son los circunstancias que convierten en “necesaria” la inmunización:
– Enfermedades respiratorias crónicas: hernia diafragmática, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfisema congénito, displasia broncopulmonar, traqueostomizados crónicos, bronquiectasias, fibrosis quística, etc.; o asma moderada y grave.
– Enfermedades cardíacas: insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, reemplazo valvular, valvulopatía; o cardiopatías congénitas.
– Inmunodeficiencias congénitas o adquiridas (no oncohematológica): infección por VIH; utilización de medicación inmunosupresora o corticoides en altas dosis; inmunodeficiencia congénita; asplenia funcional o anatómica (incluida anemia drepanocítica); desnutrición grave.
– Pacientes oncohematológicos y trasplantados: tumor de órgano sólido en tratamiento; enfermedad oncohematológica, hasta seis meses posteriores a la remisión completa; trasplantados de órganos sólidos o precursores hematopoyéticos.
– Otros: obesos con índice de masa corporal (IMC) mayor a 40; diabéticos; personas con insuficiencia renal crónica en diálisis o con expectativas de ingresar a diálisis en los siguientes seis meses; retraso madurativo grave en menores de 18 años de edad; síndromes genéticos, enfermedades neuromusculares con compromiso respiratorio y malformaciones congénitas graves; tratamiento crónico con ácido acetilsalicílico en menores de 18 años, convivientes de enfermos oncohematológicos y convivientes de prematuros menores de 1.500 gramos.
La vacuna antigripal otorga inmunidad por 12 meses y dado que las cepas cambian anualmente, las personas que pertenecen a los grupos de riesgo deben recibirla cada año
Sobre por qué es importante vacunarse contra la gripe, Devoto remarcó que “la vacunación es la herramienta más eficaz para prevenir la gripe, y como otorga inmunidad por aproximadamente 12 meses y las cepas sufren modificaciones anuales, las personas que pertenecen a los grupos de riesgo de desarrollar un cuadro grave deben recibirla cada año”.
¿La vacuna enferma?
Existe la falsa creencia de que al recibir la inmunización contra la influenza se puede adquirir la enfermedad. “Esta afirmación es falsa ya que, al tratarse de una vacuna inactivada, no puede provocar un cuadro gripal el hecho de recibirla -aclaró el médico infectólogo Daniel Stamboulian-. Como efecto adverso es posible que quien la reciba sienta un poco de dolor local y cerca de un 3% puede presentar un cuadro de fiebre leve durante los primeros días”.
“Es importante destacar que, durante la época en la que se indica la vacuna antigripal, circulan otros virus respiratorios que pueden afectar al paciente, provocarle un resfrío y que éste lo atribuya a la inmunización aunque no sea el caso”, enfatizó el especialista.
Y subrayó: “Frente a estos mitos se impone la necesidad de señalar que la antigripal es una vacuna preventiva, protectora y segura que hay que recibir todos los años”.
En ese sentido, Stamboulian explicó que “son pocas las personas que no pueden recibir esta inmunización”. “En general son pocas las contraindicaciones. Entre ellas se encuentran aquellas personas que han demostrado alguna alergia mayor a un componente de la vacuna; lo cierto es que se trata de una vacuna muy segura y que uno –como médico– no ve ni efectos adversos ni esas contraindicaciones”, finalizó.
FUENTE | http://www.infobae.com/