De la mano de la tecnología, el entrenamiento se verá marcado por la combinación de experiencias reales con digitales. La hiperconectividad y los cambios en la vida.
No es lo mismo pedir un taxi hoy que un puñado de años atrás, ni delivery, ni reservar un hotel, pagar los servicios o comprar bienes de cualquier tipo. Tampoco lo es hacer ejercicio. Personalización e interactividad serán las claves de la nueva experiencia de entrenamiento que reforzará su incipiente pata digital con productos híbridos como instructores inteligentes, visores de realidad virtual, pantallas 360°, competencias online y clases on demand, entre otros avances que empiezan a formar parte de la rutina y que se masificarán en los próximos 10 años.
De la mano de la tecnología, el futuro del fitness tiende hacia la personalización, la diversión y la interactividad, con la combinación de experiencias reales con digitales dentro y fuera del gimnasio, pronostica Guillermo Vélez, organizador de la 12a edición de Mercado Fitness Expo, que hace dos semanas se reunió en Buenos Aires.
Para Vélez, estamos viviendo una evolución digital (no una revolución) liderada por los millennials, nacidos entre 1980 y 2000, que hoy tienen entre 16 y 36 años, pero que en 2025 representarán el 75% de la fuerza laboral, de acuerdo a un informe de Delloite. ¿Sus características? Tienen un marcado interés por el bienestar físico, psíquico y emocional. Son tecnológicos, hiperconectados, multidispositivos y multipantallas. Esta generación -dice- no responde a estímulos tradicionales (no quieren que les digan qué hacer, quieren ser parte) y los gimnasios deberán adaptarse a ellos con propuestas que respondan a sus exigencias: Tendrán que aprender a utilizar la tecnología más allá de lo cool.
Marcas deportivas y compañías tecnológicas dieron el puntapié inicial y empezaron a abastecer las necesidades de estos nuevos consumidores con dispositivos wearables (ponibles/usables/vestibles) como relojes, gafas, pulseras y prendas inteligentes; y de aplicaciones que permiten medir y registrar diversos parámetros de la actividad. “Todo esto ya forma parte del presente y no de un futuro lejano. Solo esperamos que a mediano plazo se masifiquen mucho más. Así como sucedió con la telefonía celular y las computadoras, todos estos dispositivos tecnológicos del fitness serán cada vez más baratos y estarán al alcance de todos los que quieran aprovechar la información que colectan a los fines de personalizar el servicio y la comunicación. La información es hoy nuestro petróleo”, afirmó Vélez.
Es la era del ser cuantificable. Todo se puede medir en tiempo real y esa posibilidad está al alcance de la mano. “Hace cinco años no contemplábamos que se pudiera medir los pasos, el ritmo cardíaco, velocidad de movimiento, altitud, distancia recorrida, el consumo calórico, el consumo de oxígeno y el BMI de una persona a través de un reloj colocado en su muñeca que a la vez le permita hablar por teléfono, y comunicar dicho accesorio con la balanza de su casa e incluso con la heladera y posiblemente, muy pronto, con el supermercado”, reflexiona Javier Petit de Meurville, gerente de relaciones institucionales y asuntos corporativos de la cadena Megatlon.
La (r)evolución tecnológica empieza a llegar a los gimnasios, donde tendrá que darse un giro conceptual: lo digital deberá dejar de ser un accesorio más para convertirse en protagonista. Provocativo ante su auditorio, Vélez dijo que el desafío es cambiar o desaparecer. Digitalizarse o no ser. Las novedades vienen de la mano de la incorporación a la experiencia de entrenamiento de instructores inteligentes; salones con pantallas 360° (fitness inmersivo o IMAX); clases virtuales grupales; visores de realidad virtual que invitan a ejercitarse en diferentes escenarios; competencias online; juegos interactivos de escalada o de baile; pisos, paredes y plataformas interactivas de entrenamiento.
Estas innovaciones le otorgan un rol central a la diversión. Comenzamos una etapa de gamificación, donde hay que estimular el juego y cambiar el foco de la persona, que se olvide de que está entrenando, apuntó el editor de la revista especializada Mercado Fitness y dedicó un párrafo al nuevo mundo que abre la realidad virtual, tecnología que con tan solo un visor permite que una persona entre a una pileta y se sienta nadando en el océano, o practique boxeo y sienta como da y recibe cada golpe.
¿Y cómo se reconvertirá la figura del entrenador? Responde Petit de Meurville: “El gimnasio del futuro necesita del mejor profesional de todos los tiempos. Uno que sepa interpretar los datos que aportan las nuevas tecnologías (fitness trackers, apps en relojes y teléfonos inteligentes, scanners corporales, entre otras) y, en base a ellos y a los objetivos de clientes súper informados, pueda armar excelentes planes de entrenamiento”.
La búsqueda del ejercicio a medida llega a tal punto que ya se realizan estudios de ADN aplicados al entrenamiento, cuyo objetivo es maximizar el rendimiento y reducir las lesiones. “La nutrigenómica evalúa la predisposición genética de una persona alrededor de variables nutricionales y de entrenamiento, que están estrechamente relacionadas. El estudio analiza 75 marcadores asociados a la tendencia a la obesidad, metabolismo, metabolismo de la cafeína y de vitaminas, intolerancia a la lactosa, capacidad aeróbica, fuerza de resistencia y explosiva, entre otras variables”, explica Juan Garré, directivo de Zoigen, institución pionera en el país en este tipo de análisis. El equipo está liderado por la bióloga molecular Viviana Bernath y conformado también por médicos deportólogos que diseñan planes adaptados a los datos que arroja la lectura del ADN. La secuenciación, a partir de una muestra de saliva, se realiza en Estados Unidos, mientras que la interpretación de los resultados se hace aquí. En cinco años, unas 2500 personas ya contrataron el servicio que tiene un costo de 7 mil pesos.
La dinámica del negocio también cambia con la digitalización. El modelo impuesto por UBER, Airbnb, Netflix, Booking y otras expresiones del consumo colaborativo brindan lecciones al mercado del fitness, que comienza a adaptarse a estas nuevas formas de oferta y demanda de servicios. Pagar una cuota en un gimnasio para algunos ya es cosa del pasado. En Argentina ya hay plataformas como Entrená Ya,Sin rutina, Pixpol y próximamente GymPass que, en líneas generales, funcionan bajo dos tipos de modalidades: el pase multigimnasio, que permite entrenar en miles de centros y cadenas asociadas de diferentes ciudades con solo un abono mensual; y el diario, válido por una jornada en el gimnasio a elección, sin contratos, inscripciones o cuotas de cancelación.
Pero la experiencia del ejercicio físico trasciende las paredes de estos establecimientos. El ámbito hogareño puede no asociarse unívocamente con el ocio y el sedentarismo. Los programas defitness on demand permiten realizar actividad física guiada sin necesidad de cumplir horarios ni salir de casa.
“Cada vez será más importante para los gimnasios convertirse en proveedores de contenidos y en aliados de desarrolladores tecnológicos. A su vez, las redes sociales serán un gran facilitador para la mejora de servicio y la difusión de los valores de la vida activa. Deberemos buscar la comodidad de las personas, y ser nosotros los referentes del movimiento para su salud, ya sea que quieran realizar este movimiento en el gimnasio, en su casa, en una plaza o en un hotel mientras se encuentran de viaje. La virtualización de clases, el seguimiento vía aplicaciones móviles será sin duda cada vez más frecuente”, opina Petite de Meurville.
Este nuevo escenario no implica que los grandes jugadores del mercado corran de por sí con ventaja por sobre el gimnasio de barrio. “No se trata de hacer grandes inversiones en tecnología sino de entender al nuevo consumidor y comprender que estamos en la era de la economía digital, con lo cual seguir pensando en clave analógica nos pone a todos un techo de desarrollo muy bajo. Hay muchos gimnasios chicos, familiares, de barrio, gerenciados de manera profesional y para ellos estar cerca de sus usuarios, escucharlos, entenderlos y tomar decisiones en función de lo que quieren y buscan, es más fácil que para empresas grandes”, concluyó Vélez.
FUENTE | http://www.mdzol.com