Te damos consejos y ejercicios que podés hacer para aflojar la presión al volante y cuidar tu cuerpo.
Alunos eligen tirar un poco la silla hacia atrás, otros manejan con las piernas estiradas y otros con el pecho demasiado cerca del volante. Aunque dichas posturas pueden ser válidas, muchas representan un peligro para el conductor, pudiendo correr más riesgos de sufrir lesiones en la columna, hombros y extremidades superiores e inferiores en caso de un accidente de tránsito, golpe o frenada brusca.
La ergonomía es parte de la ciencia que estudia la relación del cuerpo humano con el medio ambiente que le rodea. Por ejemplo, se utiliza para facilitar la conducción y reducir el cansancio y las posibles distracciones que puedan sufrir el conductor. Sin embargo, los accidentes de tráfico se han convertido en las primeras causas de muerte y discapacidad, y eso lo vemos a diario.
Una adecuada posición sentada del conductor, determinada por la correcta colocación de reposacabezas, respaldo y asiento, unido a un uso óptimo del cinturón de seguridad y airbag, ayuda a conseguir una conducción más segura reduciendo la incidencia de las lesiones producidas tras la colisión.
Seguridad y ergonomía
La conducción de un coche, requiere compromiso por parte de quien lleva el volante. Esta persona es responsable del manejo de una máquina y, si viaja acompañada, también lo es de los ocupantes del vehículo. Por eso, su comodidad prioridad.
Aunque las personas que acompañan también deben colaborar en la seguridad y comodidad, que en definitiva redundará en beneficio de todos, para ello deberán mantener la buena visibilidad no entorpeciendo la misma con objetos o movimientos durante el viaje. Mantener en todo momento un ambiente de tranquilidad y relajación ayudará en la tranquilidad del conductor y en la concentración en el manejo.
La postura que eligen a la hora de manejar el auto, puede ser fundamental para prevenir lesiones u otro tipo de riesgo para su columna vertebral: hoy en día se sabe que las afecciones de columna son la tercer causa de ausentismo laboral.
El acto de manejar debe ser realizado extremando las precauciones, y así se evitarán más complicaciones en el futuro derivadas de estas faltas de cuidado.
La postura ideal es aquella que, sin dejar de ser cómoda, proporciona un óptimo manejo del vehículo.
La tensión que uno siente al conducir es, por lo general, causante de algunas molestias, sobre todo en la zona del cuello. Sin embargo, si procuramos seguir los siguientes consejos para cuidar la postura al conducir, podemos prevenir lesiones y dolores como consecuencia de la posición al volante.
Es importante conducir de manera libre sin compresiones, como las que generan la ropa demasiado ajustada o los cinturones.
Posición más adecuada para conducir:
Los brazos
No deben quedar completamente estirados a la hora de tomar el volante. Procura que estos permanezcan flexionados todo el tiempo con un ángulo máximo de 45 grados para evitar lesiones en los hombros o el cuello.
Los brazos deben ir cómodamente al volante, ni muy estirados ni muy contraídos, y debemos permitir que los hombros siempre reposen sobre el respaldo.
Las piernas
No deben quedar totalmente rectas, pues podrías sufrir lesiones de consideración en la pelvis y en la cadera. La distancia entre el asiento y el volante debe ser observada, de modo que nuestros pies puedan llegar fácilmente a los frenos y pedales.
Cabeza
La cabeza no debe estar inclinada hacia adelante. Es conveniente, apoyarla en el asiento mientras manejás para evitar daños en las cervicales y el cuello.
El reposacabezas debe situar su punto medio a la altura de las orejas, de manera que el punto central de la cabeza apoye sobre este. Además, nunca debe quedar la parte superior del mismo por debajo de la parte más alta de la cabeza, pues esta puede irse para atrás, aunque sí puede quedar más alto que la misma.
La espalda
Debe quedar completamente recta sobre el espaldar de la silla. Así te cansarás menos y evitaras dolores de columna y cadera por causa de una conducción prolongada.
Podés usar un “soporte lumbar” para mantener la curvatura de la zona lumbar y prevenir futuros problemas.
El cinturón
Mal ubicado puede provocar rozaduras y lastimarnos. Por eso, colocá la correa superior del mismo entre el pecho y la clavícula, no debe pasar por el cuello ni tampoco muy por debajo de éste.
La cola
Debe quedar apoyada por completo sobre el respaldo del asiento, al igual que la espalda, para evitar tensión sobre la musculatura de la zona que puede provocar dolor y contracturas.
Sin duda, estar relajados mientras conducimos un vehículo no es tarea fácil, pero si procuramos adoptar una buena postura, el riesgo de sufrir malestar o daños a causa de una mala posición se reduce notablemente.
El conductor es el que más problemas de espalda sufre, no por mantener una mala postura, que también influye, sino por tener la misma durante un tiempo prolongado, con las piernas, el cuello y los brazos en tensión, lo que provoca una sobrecarga de la espalda y la aparición de dolor en la zona lumbar.
La lumbalgia es un dolor producido en la parte baja de la espalda que parte de un diagnóstico muy amplio. Lumbalgia sólo quiere decir según su significado que es un “dolor en la zona lumbar”, pero sus orígenes son diversos. Puede ser originado hasta por un problema renal. También lo provoca la famosa “ciática”, incluso en las mujeres en las épocas del período suele venir acompañada de fuertes dolores de la espalda baja.
Sin embargo, gran parte de los diagnósticos no necesariamente están relacionados con una historia orgánica o algo funcional. Una lumbalgia puede ser causada por un mal movimiento, por levantar objetos pesados, por estar parado muchas horas, o por la propia constitución de la columna.
Esto ocurre por el período prolongado y de manera estática en donde la curva de la columna lumbar, que debería repartir las presiones y las tensiones, no puede funcionar, precisamente porque esta rígida.
Hoy en día suele ser frecuente debido al poco movimiento corporal y a las tensiones que sufrimos a diario. Estas curvas se pierden, se rectifican , modificándose entonces las curvas y si le sumamos diferentes situaciones estáticas, se hace un combo ideal para padecer dolencias.
Ejercicios sencillos para un viaje mucho más cómodo y placentero.
Mover los tobillos: levanta un poco uno de tus pies del suelo y, con ese pie en el aire, dibujá círculos hacia un lado y hacia el otro. Después alterna entre estirar la punta del pie y flexionar el tobillo hacia arriba. Repite cada movimiento 10 veces con cada pie para mejorar la circulación de la sangre en tus piernas.
Mover los hombros: con los codos pegados al cuerpo, elevá tus hombros como si quisieras tocar con ellos tus orejas. Mantenelos arriba durante cinco segundos y volvé a bajarlos hasta una posición cómoda. Repetílo 10 veces para relajar toda la zona alta de la espalda.
Mover el cuello: el cuello es una de las zonas del cuerpo que más sufre en los viajes largos. Muchas veces nos quedamos dormidos en posturas no muy cómodas que pueden hacer que nos despertemos con tirones o incluso con una contractura. Lo mejor es mover nuestro cuello de vez en cuando, dibujando círculos lentamente hacia un lado y hacia el otro.
Ejercicios de respiración: nos sirven sobre todo para relajarnos. Inspirá todo el aire que puedas por la nariz y mantenélo durante unos segundos en tus pulmones; tras esto, expulsálo lentamente por la boca. Realizá cinco inspiraciones profundas (no hagas muchas más para evitar marearte).
Es aconsejable tener la posibilidad de hacer un alto cada tanto en nuestro viaje para permitir la fluidez circulatoria, cambiar un poco el retorno venoso. Esto redunda en beneficio tanto de las piernas, ya que no se hinchan tanto, como así también sobre los músculos que pueden moverse.
FUENTE | http://entremujeres.clarin.com