Si su trabajo exige que usted se mantenga en una postura prolongada de pie, por largas horas, tenga presente que la postura prolongada es una condición que puede dañar su cuerpo y su salud.
No existe ninguna postura única que sea la ideal para trabajar. La mejor postura es tener una variedad de posturas, donde se distribuya en forma equilibrada las cargas en los distintos segmentos corporales, para que no se cause sobrecarga física.
Sin embargo, la realidad de muchos lugares de trabajo es que los trabajadores deben mantenerse en posturas de pie o sentados por largos periodos de tiempo.
A muchas personas su trabajo les exige mantenerse de pie por horas: vendedores, operadores de maquinarias, trabajadores de línea de armado, packing, picking, etc. Estas personas pueden atestiguar acerca del malestar físico que se produce en tales tareas, incluyendo dolor de pies, hinchazón de piernas, fatiga muscular generalizada, dolor lumbar, rigidez en cuello y hombros, etc. Realmente existe una amplia variedad de problemas causados por la postura de pie frecuente y prolongada.
Una acción de utilidad es caminar, pues esto permite bombear el flujo sanguíneo, que de otra forma se acumula en las piernas y pies, produciendo hinchazón y pesadez; el mantenerse estático lleva a congestión venosa que facilita el desarrollo de várices sintomáticas. Además, la postura prolongada de pie inmoviliza y bloquea las articulaciones de la columna, caderas, rodillas y pies, lo que impone mayor tensión y presión, con el posible desarrollo de daño degenerativo en tendones y ligamentos.
Si usted pasa largo tiempo trabajando de pie (más de 2 horas de su jornada diaria), los siguientes son algunos ejemplos de acción a tomar, para prevenir el daño consecuente con una postura mantenida o prolongada.
Ajustes del puesto de trabajo
Cualquier puesto de trabajo debe ser ajustado de acuerdo con su estatura, usando como guía la altura del codo. Por ejemplo, para trabajos de precisión tal como escribir o montaje electrónico, se debe tener una superficie de trabajo unos 5 centímetros por arriba de la altura de su codo, poniendo atención en contar con una buen apoyo para sus antebrazos. El trabajo liviano, como el de una línea de montaje o trabajos mecánicos, necesitan de una superficie de trabajo que esté entre 5 y 10 centímetros por debajo de la altura del codo. Los trabajos pesados, que requieran aplicar fuerzas de empuje hacia abajo, requiriendo de una superficie de trabajo que esté entre 20 a 40 centímetros por debajo de la altura del codo.
Buena postura
Si se debe trabajar en postura de pie, ubíquese de frente a aquello con lo que esté trabajando, y mantenga el cuerpo cercano a su trabajo. Acomode su área de trabajo de modo que tenga suficiente espacio para cambiar de posturas.
Es bueno que el puesto tenga un lugar más alto donde pueda apoyar un pie: para esto es de mucha utilidad disponer de una barra horizontal, ubicada a unos 15-20 cm de altura respecto del piso (un apoya-pie portátil también es una buena opción). Con esta ayuda, se puede ir cambiando la distribución de la carga del peso corporal, alternando entre un pie y el otro, dando oportunidad de descanso alternante a sus miembros inferiores.
Cada vez que se pueda, use una silla para alternar con una postura sentado. Hágalo cada vez que pueda, o al menos durante su periodo de reposo o para refrigerio (alimentación).
Evite hacer esfuerzos de extensión en alcances extremos, más allá del largo de su brazo, o – en especial – por arriba de la altura de sus hombros, más allá de un punto confortable.
Evite hacer torsión de la espalda, y camine o gire el cuerpo completo, para ubicarse de frente a los objetos que deba manejar.
Si se requiere permanecer de pie, haga frecuentes pausas de descanso. Busque la forma de cambiar de postura tanto como le sea posible mientras trabaja.
Calzado confortable
Si sus pies no están confortables, tampoco lo estarán sus piernas, caderas ni la espalda. El grado de confort de sus pies dependerá en gran medida de su calzado. Use calzado de trabajo certificado que sea adecuado a los riesgos presentes en su lugar de trabajo. El calzado debe ser al menos tan ancho como sean sus pies, dejando espacio libre para poder mover los dedos. Es necesario que aporte un apoyo para los arcos del pie, a fin de prevenir un pie plano, y una planta que aporte un apoyo firme que evite resbalones.
Es mejor el calzado con cordones, ya que estos facilitan un calce más ajustado y firme, evitando que los pies resbalen o se deslicen al interior de las botas o zapatos. El taco debería ser de unos 5 centímetros de altura, no totalmente planos ni más altos.
Si tiene molestias o sensibilidad en la parte superior del pie, use un acolchado que proteja esa zona de la presión de los cordones. Y si usted trabaja sobre una superficie dura (cemento, metal), prefiera un calzado que cuente con una suela capaz de absorber impactos.
Superficie de apoyo adecuada
La calidad del piso en el cual debe trabajar es de gran importancia y puede afectar su nivel de confort. Los pisos de madera, corcho o con cubiertas de goma son preferibles a los pisos de concreto o metal. Si debe trabajar sobre pisos duros, use alfombras (esteras) anti-fatiga.
Las alfombras anti-fatiga deben tener sus bordes biselados de modo de evitar tropezar en ellos. El material del cual están hechas debe ser lo suficientemente denso como para dar acolchamiento al pie, pero si son muy anchos o acolchados, pueden llevar a causar fatiga y aumentar el riesgo de tropiezos.
Recuerde siempre que la mejor postura es una que cambia con frecuencia.