En estos espacios donde la gente pasa la mayor parte de su tiempo, deben asegurar el bienestar.
Los espacios de trabajo donde las personas pasan más tiempo que en sus hogares tendrán otra apariencia en los próximos años. En realidad, la transformación ya está en curso y todo indica que la formalidad ya no es prioridad, lo que se refleja en la distribución del espacio. Es así que al incorporar paredes y puertas de cristal y espacios abiertos, utilizados por cualquier empleado sin importar su puesto, se rompen barreras e incrementa el flujo de ideas. De igual manera, se fomentan mentalidades más abiertas.
Según un documental producido por Discovery, Justin Young, profesor de la Universidad de Kettering, en Estados Unidos, inició una investigación para adaptar el mobiliario y la disposición de las oficinas a la tecnología del futuro. Según lo describe Discovery, las nuevas oficinas tendrán dispositivos de control mediante movimientos y gestos que, tal como sucede en los videojuegos de última generación, no necesitan teclados ni del contacto físico con la pantalla para funcionar.
La preocupación actual, bajo este modelo, gira en torno a que si no se desarrollan las condiciones óptimas para recibir a este tipo de tecnología, los usuarios podrán sufrir lesiones graves en sus articulaciones ya que las sillas y mesas actuales están pensadas para equipos con teclados y mouse.
El profesor Justin Young argumenta que es preciso pensar estas cuestiones antes de incorporar los dispositivos para evitar caer en el mismo error de las décadas de 1980 y 1990, en las que, a causa de los diseños precarios, las oficinas se convirtieron en polos generadores de tendinitis y síndrome del túnel carpiano. En la última década los espacios de trabajo comunes con escritorios compartidos y sin paredes se impusieron como sinónimo de renovación y actualidad, pero esto no durará mucho más ya que, según pudo comprobar el psicólogo Matthew Davis, se trata de una organización que disminuye los niveles de concentración y aumenta el estrés por los altos niveles de ruido.
Por el contrario, las oficinas cerradas ofrecen una sensación de intimidad que favorece el desempeño laboral, pero esto no quiere decir que no habrá conexiones entre los empleados, también se considera imprescindible la creación de áreas específicas donde puedan distenderse, conversar y tomar un café para fortalecer los vínculos e intercambiar opiniones.
De acuerdo con Discovery, se demostró una asociación entre los espacios iluminados y el desarrollo de la creatividad. Por este motivo, los especialistas en ergonomía entienden que en los nuevos espacios laborales no puede faltar la luz solar para estimular la inventiva de los trabajadores.
A su vez, estas condiciones favorecen la aparición de plantas en el ambiente que ayudan a aminorar el estrés, a generar sensación de bienestar y, como consecuencia, a aumentar la productividad.
Uno de los puntos débiles de las oficinas actuales es que contribuyen a afianzar un estilo de vida sedentario. Para combatir esto, los arquitectos que participaron en un concurso propuesto por el canal de televisión proponen alternativas para incorporar la actividad física.
El arquitecto Wang Chong también busca la innovación al diseñar dispositivos portátiles que permiten crear espacios de encuentro en distintos lugares, incluso en un parque.El objetivo es que los trabajadores disfruten de otros paisajes y sus reuniones se vuelvan más entretenidas y productivas.
En diferentes latitudes, hay arquitectos que proponen diseños innovadores para transformar las oficinas. Uno de ellos es el denominado Cell propone como una opción de trabajo virtual, a través de una serie de estaciones de trabajo que se pueden implementar en diferentes paisajes urbanos alrededor del mundo.
Este modelo de oficina está concebido como una caja inteligente mutitareas para el trabajo remoto.También se propone un concepto en el cual los trabajadores puedan cultivar sus propias verduras si se habilita un espacio en la terraza de la compañía, por ejemplo.
De esta manera, si los empleados no tienen tiempo de ir y hacer compras de verduras simplemente las cultivan dentro del espacio asignado para este fin.
Mientras, los arquitectos y diseñadores piensan en cómo mejorar los lugares de trabajo con diseños más innovadores, los informáticos creen que ya no es necesario salir de casa para laborar.
Según la revista Computerworld Ecuador, muchas personas todavía están acostumbradas a medir el éxito de una empresa por el tamaño y la ubicación de sus oficinas, pero esta percepción está cambiando.
La crisis ha obligado a buscar nuevas formas de trabajar y el coworking es una opción.
Es evidente que el mundo está cada vez más interconectado y está condición facilita el teletrabajo, ya sea porque las empresas prefieren bajar costos o porque los empleados eligen la modalidad del empleo a distancia. Un ejemplo de esto se da en España, donde más del 17,4% de la población ocupada trabaja por cuenta propia.
Muchas de estas personas no acuden a diario a una oficina, sino que trabajan en casa o lo hacen en las instalaciones de un tercero. Para montar una oficina en la casa no solo se necesita un escritorio y una silla cómoda, también es importante crear un ambiente agradable y, sobre todo, que incentive la concentración. Aunque esta modalidad de trabajo gana más adeptos a medida que se conocen mejor sus beneficios, entre las principales dificultades está el acceso a la infraestructura necesaria: conectividad a Internet, comunicaciones de voz, herramientas de gestión documental.
Por otro lado, resulta compleja la definición y organización de las rutinas de trabajo, en particular, a la hora de repartir las tareas entre los colegas. Quienes se anticipan al presente ya conciben espacios futuristas donde las personas realmente se sientan a gusto cuando trabajan. Entre los componentes que integran estos espacios se destaca, por ejemplo, la telepresencia y el uso de la nube para colaboración como un servicio.
El mayor problema es que el diseño de la sala no está a la altura de la situación, lo cual contribuye a crear una barrera para el uso de tecnología. Por esta razón el diseño juega un papel clave, porque no existe una única solución, sino que cada sala necesita ser concebida para cada caso específico. Hay especialistas en concepción de diseño de interiores que ya hablan de la desaparición de la oficina del átomo, es decir, de lo sólido, de lo tangible. Para Nicholas Negroponte, ‘gurú’ de la revolución digital, como alternativa al fax se impone el correo electrónico, lo mismo que las pantallas frente al papel.
De igual manera, los espacios de trabajo se diseñarán en función de un entramado informático. Uno de los adelantos será el proyector everywhere, una combinación de un proyector y un visor tecnológico, que mostrará información de una computadora sobre cualquier superficie, como sillas, pisos y escritorios. También se prevé colocar sensores inteligentes en las superficies de las empresas para detectar si un trabajador está en la oficina o no, en vez de mirar por la puerta para saber si está.
De hecho, las plataformas tecnológicas permitirán incluso proyectar la imagen del ejecutivo en la pared. Un informe de la compañía IBM sobre el tema advierte que la oficina del futuro estará vacía y que los directivos y personal cualificado trabajarán desde sus casas. La organización futurista Red de Recursos de Aprendizaje asegura que en las próximas décadas, Estados Unidos y otros países del primer mundo van a vivir una transformación comparable con el nacimiento del automóvil. ¿Estarán vacías las oficinas dentro de 10 años? Aunque cada uno concibe estos espacios de diferente manera, hay coincidencias y una de ellas es encontrar fórmulas que concilien la vida familiar con la laboral. Si este es el desafío, es evidente que las compañías tendrán que hacer uso de la tecnología para contribuir a la transformación no solo de los espacios, sino de la forma de trabajar. (ARB)
FUENTE | http://www.eltelegrafo.com.ec/