Primero, conocé tus hábitos y después, acomodá las cosas para que el ambiente parezca más grande y las comidas salgan más ricas.
Las cocinas pequeñas a veces lo parecen aún más simplemente porque las superficies de trabajo están repletas de cosas. Pero, ¿qué hacer con los recipientes, paquetes abiertos, copas, platos y todos los demás utensilios cuando los armarios están atiborrados? Hoy día existen muchas soluciones inteligentes para aprovechar incluso lugares muy pequeños. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a veces se pierde mucho espacio por una mala disposición de los muebles.
Si la cocina se destinará sólo a cocinar o preparar comidas, es necesario tener al menos diez metros cuadrados de superficie. Para que quede espacio suficiente, lo ideal es que la cocina tenga una sola mesada alargada y que esté provista de bastante espacio de almacenado. Lo ideal son los llamados “armarios de farmacia”, con cajones que se pueden extender por completo y que brindan una buena visión panorámica de su contenido.
En las cocinas más grandes puede haber dos mesadas, que pueden estar ubicadas una frente a la otra. En general, se dividen en una superficie de trabajo y otra para cocinar, es decir, con el horno y las hornallas. Este tipo de cocina es ideal para los ambientes cuadrados y debería tener al menos 2,40 metros de ancho. Por el contrario, una opción no muy ideal para las cocinas pequeñas son las con forma de U, en las que una tercera mesada une las otras dos. Si el espacio no es grande, queda muy estrecho cuando hay varias personas en el ambiente.
Antes del orden, conocer los hábitos de la casa
Que la cocina quede chica no depende sólo de su tamaño real, sino también de las necesidades de los habitantes de la casa. Es decir, si se cocina habitualmente para una familia grande, el espacio puede quedar rápidamente chico. De la misma forma, quien suele hacer compras para dos semanas, necesitará más espacio de almacenamiento que alguien que va al supermercado cada dos días.
Antes de planificar una cocina, hay que preguntarse: ¿Cuántas personas estarán al mismo tiempo ahí? ¿Cuán seguido se cocinará? ¿Será una cocina donde sólo se prepararán comidas o también se comerá allí? ¿Con cuántas sartenes, ollas y recipientes cuento? ¿Y cuántos de ellos uso realmente?
Los cajones: tus mejores amigos
Por supuesto, es importante que se aproveche la profundidad de los cajones al máximo. En vez de armarios de pared con estantes, se imponen cada vez más los cajones, que se pueden abrir hasta el fondo, lo que permite sacar todo lo que hay dentro con comodidad. En los armarios normales suelen juntarse frascos, paquetes y latas que nadie sabe siquiera que están allí. Lo mismo sucede con ollas y sartenes. Una solución es almacenarlas en armarios esquineros, que permiten tenerlas a la vista y aprovechar el espacio.
Sin embargo, no son sólo los armarios los que hacen la diferencia. La disposición de los electrodomésticos también es importante. Si están mal ubicados, quitan muchísimo espacio. Para ganar lugar se recomiendan las versiones más compactas y delgadas, como lavavajillas de 45 en vez de 60 centímetros de largo o electrodomésticos combinados, como una nevera con freezer o los hornos con grill. También hay microondas, hornos y máquinas de café que se pueden colocar a la altura de la vista, dejando espacio libre en la superficie de trabajo.
Otro truco para las cocinas pequeñas es emplear materiales transparentes y colores claros, que agrandan ópticamente los ambientes.
FUENTE | http://www.lanacion.com.ar/