El Gobierno brasileño ha presentado un proyecto, impulsado por grupos de empresas y rechazada por los sindicatos, en el que se pretende flexbilizar la ley laboral en la que legaliza la contratación temporal por pocas horas y permite ampliar la jornada de 8 a 12 horas diarias.
Después de la destitución de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil, el actual representante del Gobierno, Michel Temer, tiene como principal asunto a tratar la flexibilización de la normativa que rige desde 1943.
La propuesta, anunciada por el ministro de Trabajo, Ronaldo Nogueira, se basa en mantener la jornada promedio de 44 hora semanales, pero estas podrán ser utilizadas según las necesidades laborales. Es decir, podrán realizarse de 8 a 12 horas diarias. Así, Nogueira apuntó que “hay empleados que prefieren trabajar más durante la semana para no tener que trabajar el sábado. Buscamos reglamentar profesiones que prefieren la jornada de 12 por 36. El tope será de 12 horas por día, incluyendo horas extras. La nueva convención colectiva tratará la forma en la cual las 44 horas serán distribuidas”.
Esta reforma ha sido reclamada por la Confederación Nacional de la Industria y la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), aunque es rechazada por los sindicatos, incluso por aquellos que dieron apoyo al presidente en la campaña por el juicio político contra Rousseff.
Un portavoz del gobierno explico a la agencia de noticias Télam que “parte del paquete de propuesta está basado en los contratos temporarios del modelo español, que permite contratar y despedir dentro de la ley y con cargas sociales para funciones específicas sin dejar posibilidad para juicios laborales, como ocurre hasta ahora”. Según declaraciones recogidas en la radio Estadao de San Pablo, el objetivo de la reforma es terminar con “los juicios laborales que atormentan” a los empresarios.
En este sentido, el ministro recalcó que esta distribución de las horas debía usarse en base de las necesidades laborales y no como regla.
Los sindicatos ya se han puesto manos a la obra en contra de esta reforma, llamando a la huelga durante los próximos días. Asimismo, el presidente de la Central Única de Trabajadores, Vagenr Freitas, alineado con el Partido de los Trabajadores ha pedido ya la renuncia de Temer.
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